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Durante los últimos decenios, podemos afirmar que, los seres humanos nos hemos convertido en expertos productores de basura en todos sus formatos y posibilidades. La basura no es algo nuevo, la arqueología tiene una rama especial que estudia los desechos que generaban nuestros antepasados hace cientos y miles de años. Pero actualmente, con la cultura de lo descartable, del «me ahorro tiempo, dinero y no lavo», del “usar y tirar” y del “quiero el último modelo”,…hemos entrado en un sistema de consumo imparable que nos lleva a comprar y comprar más, para luego, descartar todo lo adquirido. Éste sistema nos empujará irremediablemente al colapso total, ya que ni los recursos son ilimitados ni tampoco el espacio para acomodar toda esa basura que producimos.

La basura que generamos procedente de origen electrónico, denominada chatarra electrónica o “E.-Waste, aproximadamente  llega a acumular de 40 a 50 millones de toneladas anualmente en el mundo. Además es verdaderamente alarmante su poder contaminante, tanto por sus consecuencias en el medio ambiente, como para nosotros mismos. La avalancha de innovaciones tecnológicas que surge día a día, genera una igual producción de residuos, resultantes del constante recambio de equipos e instrumentos electrónicos a una velocidad cada vez mayor.

Esta realidad por sí misma es brutal y devastadora, pero la agrava el hecho de que muchos de los componentes utilizados en la fabricación de productos electrónicos son altamente tóxicos: sustancias que degradan el medio ambiente y en algunos casos son peligrosas para la salud de los seres vivos, incluido el hombre. Sólo por citar algunos ejemplos: el cromo, usado para las cubiertas de metal, es cancerígeno; el cadmio, presente en la composición de baterías recargables, daña los huesos y los riñones; y el mercurio, imprescindible en la producción de iluminación en monitores, es nocivo para el sistema nervioso y el cerebro… Da miedo, ¿verdad? Entonces, ante este problema con los “E-WASTEs” ¿Cuál sería la solución? Pues lo verdaderamente efectivo sería crear un sistema circular, es decir, ¡reciclar! Educando primeramente para ello a la Sociedad desde las escuelas y hogares, siguiendo con unos controles exhaustivos en la empresa privada y con el ejemplo y apoyo económico por parte de las Administraciones y Gobiernos mediante políticas que controlen, potencien y desarrollen el reciclaje.

Divagando un poco, (o quizá soñando) apuntaría otro formato válido y diferente que aunque de forma anexa, ayudaría y se sumaría al mantenimiento del medio ambiente y la salud de nuestro planeta y sus locos habitantes. Sobre todo a concienciar y potenciar esa cultura de ahorro de medios de consumo informático e instrumentos electrónicos. La idea sería potenciar el ahorro de medios informáticos, pudiendo economizar grandes cantidades de hardware así como de los gastos que conllevase su mantenimiento, recambios, consumibles, memorias externas y como no, las licencias de software y sus costes de actualización.

¿Cómo? Nuevamente las administraciones tendrían aquí un papel importante, porque la idea requeriría de una inversión, que a la larga saldría rentable. Hablo del ahorro a través de mecanismos de convergencia de medios en los colegios, institutos, ayuntamientos, bibliotecas, diputaciones y demás entes públicos y administraciones. Estos mecanismos estarían basados en la “virtualización de escritorios”.

La virtualización de escritorios ofrece ventajas con respecto al modelo tradicional, en el que cada ordenador funciona como una unidad completa y autónoma con su propio sistema operativo, periféricos y aplicaciones. En general los gastos se reducen porque los recursos pueden ser compartidos y se asignan a los usuarios en función de sus necesidades. La integridad de la información del usuario se mejora porque todos los datos se almacenan y se guardan copias de seguridad en el centro de datos. Los conflictos en el software se minimizan mediante la reducción del número total de los programas almacenados en los equipos. Reduce los costes generales de Hardware ya que esta virtualización de escritorio implica que no haya que tener equipos de última tecnología, porque todas las aplicaciones del escritorio son ejecutadas centralmente en un servidor remoto. Esto significa que los equipos que los usuarios están utilizando para conectarse al servidor tienen un periodo de vida mayor. Estos costes pueden reducirse aún más si para acceder a los escritorios virtuales utilizamos clientes ligeros, que son mucho menos costosos que los PC tradicionales.

Por otro lado, además son realmente una alternativa ecológica frente a los PC tradicionales en cuanto a ahorro enegético, ya que los escritorios virtuales almacenados en el servidor central, según el estudio realizado en 2008 por The Climate Group indica que los PC consumen alrededor de tres veces más energía que el centro de datos. Uno de los mayores beneficios de la virtualización de servidores es el ahorro de energía que se produce cuando varios servidores a baja utilización ejecutando aplicaciones se combinan en una única pieza física de hardware.

      Por lo que para esquematizar un poco, con esta tecnológica medida garantizaríamos las siguientes ventajas y beneficios:

  • Eficiencia a nivel de costes: Hardware, software, licencias, periféricos…
  • Solución ecológica.
  • Administración mejorada y centralizada.
  • Mayor nivel de seguridad.
  • Acceso al software desde cualquier ubicación.
  • Ahorro energético.
  • Calidad medioambiental por reducción de la chatarra electrónica (E-waste).

¿Quién da más? Tomen nota queridos gobernantes, legisladores, administraciones, etc.; Y por supuesto, ¡nosotros mismos!

Pero como siempre iremos mal y tarde…

 

See on Scoop.itCONVERGENCIA DE MEDIOS

Deia
Andoni Aldekoa: «La tecnología será clave para hacer urbes …

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Que íntimamente están ligados el Arte y la Tecnología. Tanto es así que incluso, por su parte, la palabra “tecnología” que procede del griego, etimológicamente significa, tekhné: arte + logos: discurso, ciencia o palabra. Por lo que podriamos entender la tecnología como el discurso acerca del arte de hacer las cosas, el modo ordenado de cómo realizarlas, y el cómo aporta soluciones para resolver determinadas situaciones. De otro lado, y como ya sabemos la convergencia es un término aplicado en diversas áreas del conocimiento humano y de entre ellas la que aquí nos interesa, es la de los medios digitales. Entendiendo esto, y observando que a partir de la década de los noventa, con el acceso masivo a la red, comenzó a hablarse de las autopistas de la información que posibilitaran la circulación de la información de forma simultánea hacia cualquier lugar del planeta, se creó el mejor caldo de cultivo para la digitalización, virtualización y modernización del mundo cultural y artístico. Del mundo más plástico de la cultura: El arte digital.

Pero ¿qué entendemos por arte digital?

Es una disciplina de las artes plásticas que comprende obras en las que se usan elementos digitales, tanto en el proceso de producción como en su exhibición. Los soportes de este tipo de estilo, son digitales (ordenador, dispositivo móvil…), las técnicas utilizadas son muy diversas, una de las más destacables, por poner algún ejemplo, es el impresionante avance tecnológico del modelado 3D, que merecería un post aparte cuanto minino, sino un libro.

Hoy día ya muchos artistas pioneros en tecnología comienzan a trabajar con tabletas gráficas de alta precisión que soportan diferentes niveles de presión con un lápiz y están especialmente orientadas al diseño para realizar sus obras, que si bien no son más que la expresión de su ingenio a través de medios digitales. También se está impulsando esta nueva forma de creación a través de comunidades como devianArt o iPhoneArt, desde donde empezamos a ver las primeras galerías de exposición, certámenes y artistas de renombre. Existe un gran número de artistas que trabajan por libre y mantienen una presencia internacional y un público global sin tener que recurrir a la ayuda de galerías, museos u otras instituciones. Muchos de ellos recelan del mundo artístico, de la comercialización del arte y de la economía del mercado en general. En lugar de comprar y vender, esta comunidad artística prefiere intercambiar gratuitamente las piezas a través de páginas web, listas de correo electrónico, espacios alternativos y otros foros. Este modelo económico es similar al del código libre en el Software. Por otro lado, la convergencia de medios nos ofrece la posibilidad de que cualquier persona esté donde esté, pueda acceder a los recursos virtuales de un museo, por lo tanto su público dejaría de ser preferentemente local, adquiriendo así una dimensión global. Este hecho obliga a reflexionar sobre los contenidos de una forma distinta, ya que se debe pensar en el contexto cultural de dónde proceden estos nuevos visitantes, para que puedan entender el mensaje. Puede que este nuevo público global nunca acceda a la institución física debido a la distancia, pero no por ello dejan de ser usuarios potenciales de todos los servicios virtuales que el centro pueda ofrecer.

No podemos olvidar hacer mención sobre la importancia, de la transferencia de obras digitales y la reproducción de estas a través de las redes sociales que invaden comúnmente nuestras vidas. Lo que nos permite realizar un consumo del arte, ya desde aplicaciones en dispositivos inteligentes tales como samrtphones, tablets, portátiles, mp5, etc. En la actualidad no dejan de crecer corrientes nuevas y se consolidan algunas de las que ya conocemos; como la fotografía digital y sus tratamientos de imágenes, la escultura digital, la idea de interactividad en la difusión, así como en los medios de reproducción artísticos o el el arte generativo (músicas electrónicas o literatura cut-up). Podemos decir que ha nacido «el net art». Pero lo más importante es que ahora mismo mientras lees estas líneas, están naciendo nuevas ideas, que serán creaciones artísticas del mañana.